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Dismorfia corporal, un enemigo cercano: cómo reconocerla y afrontarla

Vivimos en una sociedad que rinde culto a la imagen. Nos miramos constantemente en el espejo, comparamos nuestros cuerpos en redes sociales y, a menudo, nos juzgamos con una dureza que roza lo implacable. Pero cuando esa preocupación por el aspecto físico se vuelve constante, dolorosa y nos limita en nuestra vida diaria, es posible que estemos frente a un enemigo silencioso: la dismorfia corporal.

¿Qué es la dismorfia corporal?

La dismorfia corporal, también conocida como trastorno dismórfico corporal (TDC), es un trastorno mental caracterizado por una preocupación excesiva por defectos físicos percibidos, los cuales muchas veces son imaginarios o apenas perceptibles para los demás. Estas ideas pueden ocupar horas del día y provocar angustia, vergüenza, ansiedad y aislamiento social.

No se trata de simples inseguridades. La dismorfia va más allá de la baja autoestima: interfiere significativamente en la vida cotidiana.

Síntomas de la dismorfia corporal

Algunos signos comunes que pueden indicar la presencia de TDC:

  • Pasar largas horas frente al espejo o evitarlos por completo.

  • Camuflar constantemente una parte del cuerpo (ropa, maquillaje, peinados).

  • Comparar obsesivamente el propio cuerpo con el de otras personas.

  • Buscar con frecuencia la opinión de otros sobre su aspecto.

  • Someterse a múltiples tratamientos estéticos sin lograr satisfacción.

  • Evitar eventos sociales por vergüenza.

  • Experimentar ansiedad o depresión relacionadas con la imagen.

En los hombres puede presentarse como dismorfia muscular (vigorexia), una obsesión por tener un cuerpo musculado y fuerte.

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¿Qué causa la dismorfia corporal y cómo afecta a quien la padece?

La dismorfia corporal no tiene una única causa, sino que surge de una compleja interacción entre factores psicológicos, biológicos, sociales y culturales. Muchas veces comienza en la adolescencia, una etapa crítica en la construcción de la identidad y la relación con el cuerpo. El bombardeo constante de imágenes idealizadas en redes sociales, los estándares de belleza inalcanzables, el bullying, las comparaciones, o comentarios familiares aparentemente inofensivos, pueden actuar como detonantes.

A nivel psicológico, los rasgos de personalidad como el perfeccionismo, la timidez, la inseguridad o la hipersensibilidad al rechazo son más comunes en quienes desarrollan este trastorno. Desde lo biológico, se ha observado una posible disfunción en los niveles de serotonina, lo que explicaría por qué algunos tratamientos farmacológicos resultan eficaces.

Estos factores no solo contribuyen al desarrollo del trastorno, sino que también intensifican sus efectos. Quienes padecen dismorfia corporal pueden verse atrapados en un ciclo de pensamientos obsesivos y conductas compulsivas: mirarse constantemente al espejo, camuflar la supuesta imperfección, evitar el contacto social o incluso recurrir a intervenciones estéticas sin conseguir alivio. Este malestar impacta directamente en la vida cotidiana, generando aislamiento, dificultades laborales o académicas y una profunda sensación de frustración.

En muchos casos, la dismorfia no viene sola. Es frecuente que se presente junto a otros trastornos como la ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), los trastornos alimentarios, e incluso el trastorno límite de la personalidad. Esta comorbilidad puede dificultar el diagnóstico, ya que los síntomas se entrelazan y pueden enmascararse entre sí. Por ello, es fundamental que un profesional de salud mental realice una evaluación exhaustiva, ya que cuanto antes se detecte, mayores serán las posibilidades de mejora.

¿La dismorfia corporal tiene cura?

Sí. Aunque es una condición crónica, se puede tratar con muy buenos resultados. El tratamiento temprano es esencial para evitar complicaciones como aislamiento, trastornos depresivos o incluso pensamientos suicidas.

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Tratamientos eficaces

Los enfoques más efectivos son:

Psicoterapia

La Terapia Cognitivo Conductual (TCC) es el tratamiento de primera elección. Ayuda a:

  • Identificar pensamientos distorsionados sobre la apariencia.

  • Cambiar patrones de pensamiento y comportamiento.

  • Aumentar la autoestima y fomentar la autoaceptación.

En Espacio Calma ofrecemos terapia individual adaptada a este tipo de problemáticas.

Tratamiento farmacológico

En algunos casos, se recetan inhibidores selectivos de recaptura de serotonina (ISRS) para tratar la ansiedad o depresión asociadas.

Enfoque multidisciplinar

El trabajo coordinado entre psicólogos, psiquiatras y terapeutas mejora notablemente los resultados.

Test: ¿Podrías tener dismorfia corporal?

Este test no sustituye un diagnóstico profesional, pero puede orientarte:

  1. ¿Te preocupa alguna parte de tu cuerpo que los demás no suelen notar?

  2. ¿Pasas más de una hora al día pensando en tu aspecto físico?

  3. ¿Evitas lugares o situaciones sociales por miedo a que vean tu “defecto”?

  4. ¿Te miras repetidamente en el espejo o lo evitas completamente?

  5. ¿Te comparas constantemente con otras personas?

  6. ¿Sientes ansiedad, tristeza o vergüenza por tu apariencia?

  7. ¿Has considerado tratamientos estéticos que no han aliviado tu preocupación?

Resultados:

  • Si respondiste afirmativamente a 4 o más preguntas, podría ser útil consultar con un/a profesional. En Espacio Calma, te podemos ayudar a comprender lo que te sucede y acompañarte en el proceso terapéutico.

¿Cómo afrontarla desde la psicoterapia?

Afrontar la dismorfia corporal requiere valentía, pero es posible. La terapia te permitirá:

  • Comprender el origen del malestar.

  • Identificar pensamientos negativos y transformarlos.

  • Reconstruir tu relación con el cuerpo.

  • Desarrollar estrategias para afrontar situaciones sociales.

La terapia para la ansiedad y la terapia para el estrés son fundamentales para reducir el malestar asociado.

Preguntas Frecuentes

¿Qué diferencia hay entre dismorfia y baja autoestima?

La baja autoestima es general. La dismorfia implica una obsesión específica por una parte del cuerpo, acompañada de ansiedad y deterioro funcional.

¿La dismorfia se relaciona con trastornos alimentarios?

Sí, especialmente cuando el foco está en el peso o la forma corporal. Requiere un tratamiento combinado con terapia en trastornos del vínculo.

¿Puede una cirugía estética solucionar la dismorfia?

No. Muchas personas con TDC se someten a cirugías sin lograr alivio. El foco está en la percepción, no en la realidad física.

¿La dismorfia corporal se cura?

Con tratamiento adecuado y apoyo terapéutico, muchas personas logran una vida plena y sin síntomas incapacitantes.

¿A qué profesional acudir si sospecho que tengo dismorfia?

A un/a psicólogo/a clínico o terapeuta con experiencia en trastornos de la imagen corporal. Puedes contactarnos en Espacio Calma para una primera sesión.

Contáctanos

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